Jue. Mar 28th, 2024

En 1997 elaboré una lista de textos bíblicos para ayudar a la gente sobre qué tipo de trabajo uno debe buscar. A continuación he retomado esa lista añadiéndole comentarios para explicar mejor lo que tenía en mente.

Mi oración es que estas reflexiones te ayuden a saturar tu mente con la centralidad de Cristo en toda la vida. Él te hizo para trabajar. Y a Él le importa lo que haces con esa mitad de tu vida consciente llamada “vocación”. Él quiere que te regocijes, y quiere ser glorificado en ello.

Que el Señor te coloque estratégicamente en tu lugar de trabajo, tal y como solo Él puede hacerlo cuando su pueblo se preocupa profundamente por este tipo de preguntas.

12 preguntas a considerar

1. ¿Puedes llevar a cabo todas las partes de ese trabajo “para la gloria de Dios”, es decir, en formas que destaquen Su valor superior sobre todo lo demás?

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“Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios”, 1 Corintios 10:31.

Es obvio que un trabajo que requiere que peques no lo harás para la gloria de Dios. El pecado es cualquier sentimiento, palabra, o acción que haga que la gloria de Dios no sea considerada como valiosa por encima de todo. No puedes pecar para la gloria de Dios.

Pero a menudo las cosas no son tan claras. Un empleo puede involucrar prácticas cuestionables que no sean claramente pecado. Entonces la pregunta se convierte en: ¿está limpia mi conciencia? Y Romanos 14:23 se vuelve un texto crucial: “Pero el que duda, si come se condena, porque no lo hace por fe. Todo lo que no procede de fe, es pecado”.

2. ¿Tomar este trabajo forma parte de una estrategia para crecer en santidad personal?

“Porque ésta es la voluntad de Dios: su santificación”, 1 Tesalonicenses 4:3.

Cuando Pablo dice: “Sigue la justicia” (1 Ti. 6:11; 2 Ti. 2:22), no quizo decir: en la iglesia y el hogar, pero no en el trabajo. Nuestro trabajo ocupa aproximadamente la mitad del tiempo que pasamos despiertos. Si somos llamados a la santidad en toda nuestra vida, entonces es importante cómo esta se desarrolla en el trabajo. Agradará a Dios que te hagas la siguiente pregunta: ¿Cómo encaja este trabajo en la estrategia general de mi búsqueda de un carácter más como el de Cristo?

3. Este trabajo, ¿ayudará o dificultará tu progreso en valorar el hecho de conocer a Cristo Jesús, tu Señor?

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“Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor”, Filipenses 3:8.

Piensa en las exigencias de este empleo y cómo pueden afectar tu objetivo de conocer y atesorar a Jesús. Por ejemplo, ¿exigirá que tengas que elegir entre la excelencia en el trabajo y la fidelidad en la reunión de la iglesia? ¿Te presentará imágenes u ofertas pecaminosas a las que eres vulnerable (es decir, te atraerá a atesorar este mundo más que a Cristo)?

4. Este trabajo, ¿tendrá como consecuencia presiones inapropiadas para que pienses, sientas, o actúes en contra de tu rey Jesús?

“Ustedes fueron comprados por precio. No se hagan esclavos de los hombres”, 1 Corintios 7:23.

Lo importante en esto es la esclavitud. Todos los trabajos limitan el comportamiento. Hay que acudir a ciertas cosas. Hay que producir esos resultados. Debemos seguir esos procedimientos. Las restricciones no son esclavitud si afirmamos la sabiduría de las mismas con gozo. ¿Te presionará este trabajo de forma opresiva?

5. Este trabajo, ¿ayudará a establecer un patrón vital que te ayude a cumplir el propósito de exaltar a Cristo entre las personas no alcanzados del mundo?

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“Acercándose Jesús, les dijo: ‘Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo’”, Mateo 28:19-20.

Cuando se trata de la gran comisión, cada persona es alguien que va, que envía, o que es desobediente. No hay zona neutral. No todos vamos. Pero todos nos preocupamos porque haya gente que vaya. Todos somos cristianos del mundo. Todos llevamos la carga de la gran cantidad de pueblos sin alcanzar que existen. Y a todos nos emocionan las noticias de la expansión del evangelio.

Algunos trabajos pueden avanzar significativamente esa meta vital al incluir viajes o interacciones con distintas etnias. Otros trabajos pueden parecer no tener relación. ¿Pero es así? Los lugares de trabajo son la fuente de ingreso para dar a la causa de Cristo. Los sitios en que trabajamos son lugares de conversión y reclutamiento para la misión global.

Los lugares de trabajo son un entrenamiento para el tipo de cosas que se pueden hacer para vivir en un país en el que hay pocos cristianos. Los lugares de trabajo son sitios para hablar de manera inteligente y sabia acerca de los pueblos del mundo.

6. Este trabajo, ¿será digno de tus mejores energías?

“Todo lo que tu mano halle para hacer, hazlo según tus fuerzas”, Eclesiastés 9:10.

Nada se debe hacer a medias. Esto significa que deberías alejar de tu vida las cosas que no vale la pena hacer con todo el corazón. Las tareas no tienen que ser de alto impacto para ser dignas de un alto grado de esfuerzo.

La mayoría de las cosas que hacemos en el día tienen un impacto relativamente bajo. Trabajar en una cadena de montaje significa hacer cientos de veces una tarea que en sí misma parece de bajo impacto.

Pero si el producto o el servicio es valioso, el efecto acumulativo de miles de tareas de bajo impacto es enorme. Estas tareas pueden ser transpuestas en adoración mediante un acto de fe. En eso consiste hacerlo con tus fuerzas y para la gloria de Dios.

7. ¿Tenderán las actividades y el entorno de este trabajo a moldearte, o podrás hacerlo tú para magnificar a Cristo según los propósitos de Dios?

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“No se adapten a este mundo, sino transfórmense mediante la renovación de su mente”, Romanos 12:2.

Conócete a ti mismo. Todos somos más o menos vulnerables a diferentes tentaciones. Los cristianos deben ser moldeadores del mundo en lugar de ser moldeados por el mundo. Sí, es cierto que todos somos moldeados por nuestra cultura (lenguaje, vestimenta, etc.). Pero Dios quiere que esa realidad sea recíproca. Tomamos parte en la cultura de este mundo para comunicar que vivimos por un tesoro más allá de este mundo. Este trabajo, ¿ofrece esperanza para eso? ¿O siendo realistas, es demasiado resistente

8. Este trabajo, ¿te brindará la oportunidad de ser radicalmente cristiano para que tu luz brille para tu Padre, o tu participación en la visión del negocio tenderá por definición a apagar tu llama?

“Brille la luz de ustedes delante de los hombres, para que vean sus buenas acciones y glorifiquen a su Padre que está en los cielos”, Mateo 5:16.

Existen empresas, y cada vez más, cuyas políticas y procedimientos ahogarían tu voz de manera tan seria, que no podrías hablar con sinceridad y amor sin ser despedido. ¿Supone la aceptación de este trabajo aceptar un bozal? ¿Es esa la voluntad de Dios para ti.

9. ¿Es coherente el objetivo de este trabajo con la intensidad creciente en tu vida a ser más radical, pública y fructíferamente dedicado a Cristo a cualquier precio?

“Si alguien quiere venir conmigo, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame”, Marcos 8:34.

Si te encuentras en una época de importante crecimiento espiritual, pregúntate cómo eso se verá afectado por tu nuevo empleo. Existen cierta clase de tareas, cierta clase de personas, cierta clase de presiones, cierta clase de horarios, que pueden llevar ese crecimiento a una parada chirriante. ¿Es suficientemente precioso este nuevo nivel de amor por Cristo como para que le des prioridad, si es necesario, por encima del nuevo empleo?

10. Este trabajo, ¿se sentirá como una buena inversión en tu vida cuando este breve tiempo de preparación para la eternidad haya terminado?

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“Solo son un vapor que aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece”, Santiago 4:14.

Dios dice que hay una sabiduría que nos llega al considerar el número de nuestros días (Sal. 90:12). Por lo tanto, el preguntarte cómo tu nuevo trabajo se relaciona con la brevedad de la vida te ayudará a realizar una elección sabia. Cuando el Señor nos llame o venga por nosotros, queremos que nos encuentre haciendo lo que le agrada. Y queremos sentirnos bien por haber tomado una decisión sabia en vista de cuán corta y vulnerable es la vida.

11. Este trabajo, ¿encaja con aquello para lo cual crees que fuiste creado y comprado por Cristo?

“A todo el que es llamado por mi nombre… a quien he creado para mi gloria”, Isaías 43:7. “Han sido comprados por un precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo”, 1 Corintios 6:20.

Eres único. Eso es algo asombroso y cierto. Cuando estoy en un aeropuerto lleno de gente, a menudo me maravillo de que esos miles de personas sean todas humanas y tengan un aspecto diferente. ¿Cómo puede haber tantas diferencias en este único tipo de ser?

Pero las hay. Y ninguna de ellas es un accidente. Dios las diseñó a todas como prismas únicos que refractan su gloria como solamente un prisma puede hacerlo. La pregunta es: ¿Ocultará este trabajo la unicidad de tu prisma? ¿O te dará espacio para brillar?

12. Este trabajo, ¿encaja bien con la verdad última de que todas las cosas existen para Cristo?

“Todo ha sido creado por medio de Él y para Él”, Colosenses 1:16.

Si todas las cosas existen para Cristo, ¿pueden existir trabajos incorrectos? Sí, ya que los humanos tratamos de usar las cosas para propósitos distintos a la gloria de Cristo. Todo lo que Dios hizo es bueno. Existe para comunicar algo de su grandeza y belleza. ¿Te dejará libertad este empleo para tomar lo que Él ha creado y darle un uso que le honre?

Espero que a través de esto puedas darte cuenta de que hay pocas preguntas fáciles cuando nos cuestionamos qué tipo de trabajo debemos buscar. El objetivo no es hacerlo fácil, sino hacer que sea centrado en Cristo, que exalte a Cristo, y que sea fortalecido por Cristo. Si tu corazón es recto acerca de este tipo de preguntas, Dios te guiará. Búscalo por encima de todo, y deja que tu corazón sea tu guía.

*Este artículo fue publicado en Desiring God por John Piper, fundador y maestro bíblico de desiringGod.org. Durante 33 años, Piper trabajó como pastor de la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, Minnesota, y es autor de más de 50 libros.