Jue. Mar 28th, 2024

Cuando nos encontramos frente a acontecimientos como los ocurridos recientemente en diferentes partes del mundo, nos podemos encontrar en momentos de confusión, dado que en las calles habitan cientos y cientos de delincuentes que viven haciendo todo tipo de fechorías sin que nada les pase.

Es allí cuando puede surgir la pregunta,  ¿Por qué Dios permite las tragedias?

La Biblia habla un hombre íntegro que contestó a Satanás de la siguiente manera: «Nada he traído a este mundo, y nada me voy a llevar. ¡Bendigo a Dios cuando da! ¡Bendigo a Dios cuando quita!ese hombre fue Job (Job 1:21)Anuncios

¿Qué tienen que ver estas palabras con una tragedia? Precisamente que Job se encontraba en la peor tragedia que hombre alguno haya podido experimentar y la razón por la cual Satanás lo sometía a esa prueba era para demostrar que el ser humano sólo ama a Dios cuando las cosas van bien, cuando no permite nada malo en su vida; es decir, el ser humano solo tiene fe en Dios cuando evita las tragedias en nuestras vidas. Ese es el discurso que Satanás usa, y en momentos como esos quiere hacernos creer que Dios es injusto.

Entonces, ¿Quién manda en el mundo? Si tu jefe hace todo lo que le pides y va donde quiera que tú lo envíes, ¿quién es el jefe? ¿él o tú? Si Dios está para hacer todo lo que le ordenamos y le declaramos, entonces ya no sería soberano (Salmos 135:61 Timoteo 6:15).

Si podemos hacer que no ocurra nada malo y lograr que todo lo bueno suceda a nuestro favor,  ¿quién es Dios y qué papel cuenta en él mundo? Entonces podría cualquier persona sin importar su convicción hacerle actuar de cualquier manera.

Dios es Soberano, y en medio de su soberanía espera que con gratitud, podamos  entender la tragedia y  aunque nos inunden las lágrimas podamos entender que «a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien» (Romanos 8:28), y lo que define Su soberanía es la posibilidad de que cosas que queremos que ocurran debemos pedírselas a él y él que sí es sabio decide si lo hace o no.

Si no existieran esos momentos de dolor y de dificultad, ¿manifestaría el ser humano tanta compasión como cuando sucede un evento de gran magnitud?  Pensemos en la forma en cómo la gente se mueve y se unifica cuando hay una tragedia. ¿Es igual la manifestación de unidad, de amor y de benignidad cuando no la hay? ¡Seamos sinceros!

El dolor, el sufrimiento, la angustia suelen hacernos preguntar si Dios anda en el avión que se cae, en el carro que choca, en el barco que se hunde. Ahora veamos la pregunta desde otra perspectiva, pensemos en los millones de aviones que no se caen, los miles de carros que no chocan, los barcos que no se hunden que son la gran mayoría, entonces ¿en esos anda Dios? de ser así, por un asunto estadístico tendríamos que decir que Dios hace mucho más cosas buenas que malas.

Dios ha sufrido más que todos nosotros juntos. Él tuvo que ver el sufrimiento de su propio Hijo al ser lacerado en una cruz, en medio de la burla, del sufrimiento, del dolor y de la muerte. Jesús no hizo nada como para merecerlo y sin embargo dijo: “Hágase tu voluntad” (Lucas 22:42), pidió que pasara el sufrimiento, pero aceptó la soberanía de Dios. Dios nos ama y está presente en medio de todas nuestras tragedias.

Le pido a Dios que de paz y consuelo a todas las familias de la tierra que en este momento pasan por momentos trágicos, y aunque no entiendan el porqué de todas las cosas puedan descansar en Dios sabiendo que él tiene el control de todas las cosas.

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