En efecto, hay dos sitios localizados en diferentes lugares del parque. Estos baños están en la zona de la cancha de hockey y cerca de la escultura Rita. En total, son 34 inodoros y ocho duchas.

Esto causa la alarma de este bogotano y docente de una universidad, pues, afirma, así se están contaminando aún más esas aguas. “Siempre me encuentro con el mismo escenario en el parque”, comenta Pinzón, quien señala que los vigilantes del sector le han manifestado que no hay ninguna restricción para hacer uso de los baños públicos.

Además de este ciudadano, una vendedora ambulante del sector, dice que la afectación del parque Nacional con la ocupación de los indígenas se viene presentando desde el año pasado, cuando un grupo de indígenas estuvo por cerca de nueve meses allí.

“A causa de eso hay malos olores”, pero también han llegado atracadores de otros sectores de la ciudad. Incluso, la mujer señala que también han llegado expendedores de droga.

Indígenas de la comunidad embera Katio se toman el Parque Nacional

Foto: Mauricio Moreno / El tiempo @mauriciomorenofoto

Nelson Morry, líder indígena, le dijo a EL TIEMPO que los baños del parque “no están en funcionamiento” y que por eso ellos deben utilizar el río para sus necesidades.

Morry afirma que hasta el momento no se les ha dado una solución que abra la posibilidad de un retorno a sus lugares de origen, de donde salieron huyendo por el conflicto armado.

En la misma línea se expresó el líder emberá Jairo Montañez, para quien los 34 sanitarios y las ocho duchas que hay no son suficientes para las casi 500 personas que ocupan actualmente el lugar. Además, explicó que el parque y el río son el ambiente natural de Bogotá que encuentran más parecido al de sus territorios ancestrales.

Frente a la utilización de material vegetal para cocinar, Montañez indica que ellos no están talando, sino que vienen utilizando ramas y árboles que están en proceso de terminación de la vida útil.

Ante la queja de los vecinos y usuarios del parque Nacional, la Secretaría de Gobierno de Bogotá señaló que no desconocen el mal uso y la afectación que vienen teniendo ese espacio, por lo que están trabajando en mantener un diálogo con las comunidades indígenas ubicadas allí.

La entidad también destacó que el Distrito mantiene presencia permanente en el parque y que a los indígenas les han ofrecido albergues temporales, pero que ellos insisten en continuar en allí mientras no tengan soluciones de fondo a sus problemas.

Desde la Unidad para las Víctimas le dijeron a EL TIEMPO que es necesario brindarles servicios sanitarios y agua potable a la comunidad emberá establecida en el parque y que eso le corresponde al Distrito.

“Desde la misionalidad de la Unidad no podemos hacer las entregas de equipamientos faltantes, pues es el ente territorial quien se debe encargar de aportar estos elementos a la comunidad”, señaló una vocera de la entidad nacional.

Agregó el aseguramiento de los servicios básicos sin duda mejorará las condiciones de las personas que realizan la ocupación y que, incluso, puede facilitar el diálogo para que se dé el levantamiento de la vía de hecho en un menor tiempo.

Según la información recopilada por este diario, hasta ayer le habían entregado a la comunidad emberá del parque Nacional un total de 135 kits de alimentos, que suman un valor de 69,5 millones de pesos, y de hábitat, conformados por colchonetas, cobijas, sabanas, toldillos y toallas por un valor de 30,7 millones de pesos.