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La Selección sub-20 eliminada, en plata blanca… (Meluk le cuenta)

El pasado 13 de febrero (hace apenas tres meses y medio), el día después del final del Suramericano Juvenil de fútbol que se jugó en Cali y Bogotá, escribí en esta misma columna que la Selección Colombia sub-20 que clasificó meritoriamente al Mundial del que fue eliminada el sábado pasado con su derrota inobjetable contra Italia 3-1 era un equipo plano al que no le sobraba nada y le faltaba fútbol.

 

Haber clasificado a cuartos de final del Mundial es un buen resultado para el fútbol nacional –que se ubica entre el cuarto y el séptimo puesto del área– y para el equipo que tenía y tuvo un poco más de individualidades que juego y dirección técnica, en cabeza de Héctor Cárdenas.

A los hechos 

A los hechos: Colombia jugó mal contra Israel, pero ganó. Vale. Luego venció a Japón con el mismo juego plano del Suramericano que no provocaba ni frío ni calor. También vale. Volvió a jugar mal contra Senegal y empató en el minuto 95 como de vainas. Valió. Siempre viniendo de atrás, desperdiciando los primeros tiempos y apelando más al chispazo y el amor propio de los muchachos.

En octavos aplastó a Eslovaquia tras regalar otra vez el primer tiempo y gracias a una ráfaga de tres goles en cuatro minutos, entre el 2 y el 6 del segundo tiempo, para el 5-1. Fue, obvio y por lejos, lo mejor.

El sábado volvió a regalar el primer tiempo, pero el chispazo y el amor propio no alcanzaron para remontar, y esta vez fue superada por el plan táctico y estratégico serio, cerrado, efectivo y detallado de Italia, que sabía que la defensa colombiana era de goma y humo y que el ataque, sin un artillero, se estrellaba contra muros.

El resultado final de clasificar al Mundial y disputar los cuartos de final es bueno para el fútbol nacional y para este equipo plano, sin mucho genio, de chispazos, voluntarioso y poca dirección técnica.

 

La docta intelectualidad patriotera del fútbol se refugia en el argumento de que los mundiales y los suramericanos son solo “para descubrir jugadores” y que en este equipo hay ‘pelaos’ que pintan mucho ,como Puerta, Asprilla o Cortés… Todos, excelentes promesas, pero, en plata blanca, ninguno fue crac en Argentina.

Repito como empecé: apenas el día después del final del Suramericano Juvenil, escribí en esta misma columna que a esta Selección sub-20 plana le faltaban cracs. Ahora, pues tampoco reventó ninguno: es el mismo equipo y el mismo DT que no pudo armar una zaga fuerte ni encontrar la fórmula para que el equipo no remara siempre contracorriente.

No hay que hacer dramas por haber perdido contra Italia 3-1 y quedar eliminada en cuartos de final del Mundial: el resultado para nuestro fútbol talla M es bueno y normal para la categoría, pero a la voluntad y a los chispazos de los muchachos les faltó técnico. ¡Que vaina!

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