“Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud”, Colosenses 2:6-7.

Quienes seguimos a Jesús como Señor y Salvador vemos las cosas con otros ojos. Cuando el mundo piensa que todo está mal, los creyentes confiamos en que todo va a mejorar; cuando el mundo está lleno de temor, los creyentes estamos revestidos de amor; cuando el mundo cree que no hay esperanza, los creyentes vivimos en la fe, esperando las promesas de nuestro Padre.

Vivir en Cristo nos edifica, estar edificados aumenta nuestra fe, y una fe renovada nos hace sabios, humildes y prósperos.

El desafío es edificar nuestra casa sobre la roca

“Voy a decirles a quién se parece todo el que viene a mí, y oye mis palabras y las pone en práctica: Se parece a un hombre que, al construir una casa, cavó bien hondo y puso el cimiento sobre la roca. De manera que cuando vino una inundación, el torrente azotó aquella casa, pero no pudo ni siquiera hacerla tambalear porque estaba bien construida”.

“Pero el que oye mis palabras y no las pone en práctica se parece a un hombre que construyó una casa sobre tierra y sin cimientos. Tan pronto como la azotó el torrente, la casa se derrumbó, y el desastre fue terrible”, Jesús, (Lucas 6:47-49).

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