Distintos seguidores del budismo asistieron a un evento misionero en Myanmar (país del sudeste asiático) para recibir atención médica gratuita organizada por una misión cristiana de Estados Unidos.
El encargado de liderar el trabajo fue Paul Ai, un excurandero y brujo de Vietnam que recibió a Cristo y se convirtió en un ferviente plantador de iglesias en toda la región.
Esta clínica andante, que recorre distintos pueblos de países de Asia, realizó su misión durante dos días en Myitkina, al norte de Myanmar, lo que se conoce como Birmania.
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Después de ser atendidos, budistas visitaron una capilla de oración al lado de la clínica, lo que produjo algo inusual: un “choque de reinos espirituales”.
El último día en el que la clínica brindó asistencia, 11 budistas hicieron la oración de fe para recibir a Cristo. Sin embargo, un grupo de 8 indicó que realmente deseaban aceptar a Jesús como su señor y salvador.
El pastor principal de la iglesia Crosswalk en Williamsburg (Virginia), Mark Morrow, estaba en la sala y se asombró por lo que sucedía frente a sus ojos.
Más de 300 millones de personas son budistas oficiales. Esta religión, enfocada en una doctrina filosófica y espiritual, predomina en Asia.
De inmediato, un grupo de traductores y pastores estadounidenses se prepararon para orar por los ciudadanos budistas.
“Tan pronto como dijeron ‘Querido Jesús’ y lo repitieron en birmano, escuché un fuerte ruido parecido a fuegos artificiales. Todos en la sala saltaron”.
-PASTOR MORROW
El ruido fue inusual, y más en dicha zona. “Estábamos tratando de averiguar cuándo un miembro del personal pastoral exclamó: ‘¡Mira, la mesa se ha roto!'”, explica el pastor.
El pastor miró hacia la mesa y quedó anonadado. Era una mesa de caoba pesada y resistente que se había roto de de extremo a extremo.
“Dios destruyó las ataduras que estaban obstaculizando a estas personas”, concluye el pastor.
El equipo con sede en los EE. UU. incluía un médico de Virginia, un paramédico, una enfermera, un dentista de California y varias enfermeras. a la fecha continúan predicando el evangelio en las zonas más apartadas de la fe cristiana en Asia.