Walid Regragui, el autor del milagro de Marruecos.
Walid Regragui rompió muchos mitos en esta Copa del Mundo. Con solo tres meses en el cargo, metió a Marruecos en la semifinal de la Copa del Mundo y va por más. Nunca un equipo africano había llegado tan lejos y, por supuesto, el sueño de una final mundialista, que parecía una utopía, está ahí, a 90 minutos. Tendrá que dejar afuera al campeón mundial, Francia.
Nació en París hace 47 años y se crió y se formó en la capital francesa. Pero nunca negó sus orígenes. Sus padres, inmigrantes de Marruecos, viajaban cada año a su país de origen y por eso nunca perdió el arraigo. Por eso, cuando llegó al fútbol profesional, escogió la camiseta roja de la selección magrebí y no la azul de Francia.
ugó como lateral derecho en varios clubes franceses. Compartió plantel con Víctor Bonilla y Edwin Congo en el Toulouse y también fue compañero de equipo de otro de los técnicos semifinalistas de esta Copa del Mundo: se cruzó con el argentino Lionel Scaloni en el Racing de Santander. La exigencia de sus padres también hizo que tuviera formación adicional, así que se graduó en ciencias económicas y sociales.
El destino tenía el fútbol marcado en su piel. Se retiró del fútbol en 2011, pero al año siguiente ya era asistente de Rachid Taoussi en la selección de su país. En 2014 comenzó a volar solo: dirigió al FUS Rabat, al que sacó campeón en 2016.
Tras un paso por el Al Duhail, de Qatar, donde fue campeón, en 2020, regresó a Marruecos para dirigir al Wydad Casablanca, con el que ganó este año la Liga de Campeones africana, derrotando 2-0 en la final al Al Ahly, de Egipto, que ganó las dos ediciones anteriores.
Los triunfos de Regragui con el Wydad Casablanca coincidieron con una crisis en la selección marroquí. El bosnio Vahid Halilhodzic, quien metió al equipo en el Mundial, venía peleado con varias de las figuras, y dejó el cargo en agosto, a tres meses del Mundial. Así que el camino estaba allanado para que Regragui llegara a la Selección.
El nuevo técnico fue práctico: reforzó las virtudes de un equipo que, en la eliminatoria, ganó su grupo ganando todos los partidos, con un solo gol recibido, y luego, aseguró la clasificación en partido de ida y vuelta contra República Democrática del Congo. Y así construyó a la sorpresa de Catar 2022.
“Empatar con Croacia, ganar a Bélgica, a Canadá, que es la campeona de Norteamérica, eliminar a España y ganar a Portugal no es no es un milagro, es fruto del trabajo”, dijo Regragui, que comparó a su equipo con una figura emblemática del cine y el deporte: “Somos los Rocky Balboa de este Mundial”, dijo, recordando el personaje de las películas de Sylvester Stallone.
“Quiero a Francia. Es mi segundo país y va a estar muy bien jugar contra mi segundo país. Sería increíble”, dijo Regragui cuando esperaba rival. Se le dio.