ChatGPT y la necesidad de regular la inteligencia artificial
El chatbot y sus respuestas, sorprendentemente parecidas a las humanas, han provocado un debate sobre qué tipo de reglamentación necesita la inteligencia artificial y quién debería establecerla.
¿Quién debería escribir las reglas para la era de la inteligencia artificial (IA)? Cuando le preguntamos a ChatGPT, probablemente el sistema de IA de Open AI más conocido, nos responde que la respuesta es compleja: “Hay muchas perspectivas diferentes sobre este tema”.
Pero, continúa el software, existe un consenso sobre el hecho de que las reglas deben ser “desarrolladas conjuntamente por varias partes interesadas y expertos”. Esto incluye reguladores, empresas de tecnología, investigadores, así como organizaciones no gubernamentales y grupos de interés.
Lilian Edwards, profesora de Derecho, Innovación y Sociedad en la Universidad de Newcastle, “no contradice” la valoración del chatbot, pero añade que “estas normas también deben ser vinculantes”.
Revolución para la vida laboral
En unos pocos meses, ChatGPT se ha convertido en el representante más destacado de una nueva generación de los llamados sistemas de “IA Generativa”. También hay otros programas, como LaMDA, DALL-E o Stable Diffusion, que crean textos, códigos de computadora, imágenes o incluso material de video con resultados tan convincentes que, a menudo, es imposible reconocer si están hechos por personas.
IA de alta complejidad, accesible a todos
La investigación sobre inteligencia artificial se remonta a la década de 1950. Pero solo desde principios de la década de 2010, las empresas incorporaron cada vez más la IA en la tecnología cotidiana, hasta que Open AI puso en línea su prototipo ChatGPT a fines de noviembre de 2022, un programa fácil de usar.
Por primera vez, una herramienta de IA tan sofisticada está disponible en línea de forma gratuita con ChatGPT, lo que ha originado un debate sobre las implicaciones de la IA Generativa para la creatividad humana.
En Renania del Norte-Westfalia, la ministra de Educación de la región, Dorothee Feller, ha anunciado medidas concretas sobre el tema. En lugar de prohibirla en las escuelas, se están creando pautas para el “manejo seguro de las aplicaciones de IA” en el aula, dijo la política a fines de febrero.
¿Como en una película de ciencia ficción?
Microsoft anunció que había equipado su buscador Bing con una versión más poderosa de ChatGPT y permitió que un grupo selecto de personas interactuara con él. Poco después, los evaluadores comenzaron a publicar capturas de pantalla con conversaciones tan reales, que ponían el vello de punta. El chatbot incluso llegó a expresar alguna que otra vez su “deseo” de ser un ser humano.
Los expertos rápidamente afirmaron que el programa no tenía personalidad ni podía sentir emociones. Sus expresiones similares a las humanas podían explicarse por la tecnología en la que se basa: el sistema analiza grandes cantidades de texto de Internet, y esto le hace predecir qué palabra debe seguir a la anterior.
Sin embargo, expertos como la profesora Lilian Edwards advierten que la IA Generativa como ChatGPT es solo la punta del iceberg. Tanto las empresas como las instituciones públicas han comenzado hace mucho tiempo a utilizar técnicas de IA similares para automatizar decisiones en campos que van desde la justicia penal hasta la seguridad nacional, áreas donde se corre el riesgo de que los sistemas de IA puedan causar daños permanentes.
Texto de la DW.