A pesar de que compartan un mismo continente, Suiza y Suecia son muy diferentes, no solo en su ubicación, ya que la primera queda en Europa central y la segunda en la parte norte, sino también en términos de idioma, economía y política. 

Entre los dos emerge una serie de particularidades que los distinguen tanto en términos geográficos como gubernamentales y culturales. Aunque pueden compartir algunas similitudes, cada nación posee características únicas que definen su identidad.

Si está pensando en viajar a cualquiera de estos dos países y no sabe cuál elegir, estas son algunas de las principales diferencias que puede tener en cuenta. 

Geografías y paisajes 

Suiza se encuentra en el corazón de Europa y está rodeada por países como Alemania, Francia, Italia, Austria y Liechtenstein. Gracias a ello, es reconocido por sus paisajes montañosos y sus Alpes majestuosos.

Por otro lado, Suecia se sitúa en la región escandinava de Europa, limitando con Noruega y Finlandia, donde cuenta con una extensa costa que se extiende a lo largo del mar Báltico y el golfo de Botnia, así como con vastos bosques y numerosos lagos.

Idiomas y lenguajes 

De acuerdo con ‘National Geographic, en Suiza se puede hablar el alemán, el francés y el italiano en algunas aldeas y dependiendo de la región donde uno o varios de estos idiomas pueden ser predominantes. Contrario a Suecia, que su lenguaje oficial es el sueco y se utiliza en todo el país.

Sistemas políticos

Suiza es conocida por su sistema político de democracia directa, ya que los ciudadanos pueden participar activamente en la toma de decisiones a través de referendos y votaciones populares, según la página oficial de la Confederación Suiza.

Esto, debido a su república federal y parlamentaria, lo que significa que el poder estatal está dividido entre el gobierno federal y los gobiernos cantonales.

A diferencia de Suecia que tiene una forma de gobierno monárquico en cabeza de Carlos XVI Gustavo y el presidente Ulf Kristersson que está desde octubre de 2022.  

Economía

Suiza se destaca como un centro financiero global y es conocida por su estabilidad económica, tanto por su industria bancaria como relojera y farmacéutica, entre otras.

Suecia, por su parte, sobresale por las acciones del bienestar social y su desarrollo monetario mixto. Ya que ha fomentado la igualdad y tiene un alto nivel de vida, con una economía diversificada que abarca industrias como la automotriz, la tecnología y la música.