Jue. Nov 21st, 2024

Hay que construir un proyecto laboral concertado y sobre la confianza mutua: Fenalco

La posibilidad de que el Gobierno vuelva a presentar un proyecto de reforma laboral, tal como lo ha hecho saber la ministra del Trabajo, Gloria Inés Ramírez, tiene bastante inquietos a los comerciantes del país.

La razón, faltan solo cuatro días para que se inicie la segunda legislatura del 2023 y el Gobierno no ha convocado a ningún sector de la producción a discutir una nueva iniciativa, lo cual resulta muy desafortunado, según Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco). 

Considera que es fundamental que una iniciativa de esa naturaleza sea concertada con el sector productivo y que permita corregir las fallas que hundieron ese primer intento.

Pero más desafortunado sería, dice el vocero, que, ante las nulas señales de búsqueda de concertación frente a la reforma, el Ejecutivo termine presentando el mismo proyecto, con lo cual estaría corriendo el riesgo de que vuelva a hundirse, pues quedó claro que la mayoría de parlamentarios tampoco quedaron convencidos de que con esa iniciativa se resolvieran los problemas estructurales que tiene el mercado laboral del país.

Todo apunta a que el Gobierno insistirá en la legislatura que está por comenzar en su reforma laboral. ¿Se han sentado con la ministra del Trabajo a hablar sobre el proyecto?

Que haya una verdadera concertación y que se tengan en cuenta los puntos de vista de la academia

Cuando se hundió la reforma laboral, el Gobierno dijo que volvería a presentar el proyecto el 20 de julio, pero nunca fue claro ni lo ha sido hasta ahora sobre qué proyecto presentará, si el mismo que se hundió, lo cual sería, como se dice periodísticamente hablando, un refrito, o si presentará uno nuevo sin acudir a lo que desde distintos sectores del país venimos clamado, y es que haya una verdadera concertación y que se tengan en cuenta los puntos de vista de la academia, las inquietudes que presentaron abogados laboristas, los gremios, instituciones tan serias como Fedesarrollo o el Banco de la República.

Nosotros hemos señalado que esta es una oportunidad para presentar un nuevo proyecto concertado, pero lamentablemente a hoy no hemos sido llamados a participar en ningún escenario.

 
Foto: 

iStock

Y con el Legislativo se han reunido para reiterarles sus inquietudes…

Por iniciativa de la vicepresidenta de la Cámara (de Representantes), nos reunimos con un grupo de parlamentarios a quienes les entregamos un análisis del panorama laboral colombiano, porque creemos que hay que hacer un nuevo proyecto partiendo de cero.

Pero como ya está encima el 20 de julio, tememos que no habrá un proyecto concertado, sino seguramente un proyecto modificando algunos aspectos del que se presentó en la pasada legislatura.

Puede sonar un tanto obvio, pero ¿qué riesgos conlleva que esa posibilidad se dé?

Es un riesgo que debe calcular muy bien el Gobierno. Nosotros partimos de que el país necesita una reforma laboral porque nuestro régimen laboral es de los años 50, con ligeras modificaciones que hubo en el 2002.

Necesitamos una reforma laboral que combata el desempleo, que apunte a solucionar la situación de los desocupados y los informales y no tanto a mejorar las condiciones de los que hoy tienen trabajo.

Entonces, el Gobierno tendrá que medir el riesgo de que ese mismo proyecto se vuelva a hundir o si más bien espera la siguiente legislatura para presentar una iniciativa verdaderamente concertada, claro, ya no sería este año.


De darse esa remota posibilidad de aplazar la radicación de la iniciativa o incluso si esta se presenta, ¿qué hay que corregir?

Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco

Foto: 

Néstor Gómez. EL TIEMPO

Esto es muy importante, porque una cosa son las condiciones y requisitos en que se debe dar un nuevo proyecto de reforma y otra las propuestas concretas para combatir el desempleo y la informalidad.

En primer lugar, nosotros insistimos en la necesidad de que sea un proyecto concertado, que el Gobierno elimine esa narrativa que divide a empresarios y trabajadores, porque ambos se necesitan, todos estamos en el mismo barco.

Otro requisito es que el enfoque sea la generación de empleo y el combate de la informalidad, anteponiendo a los jóvenes, el emprendimiento y los nuevos modelos de negocios que hay en el mundo.

También es clave que el proyecto vaya dirigido a los docentes, a combatir las altas tasas de desempleo de los jóvenes y las mujeres; que haya una concurrencia del Estado, porque todo el esfuerzo de los costos laborales que pretendía la reforma que se hundió estaban a cargo del empresariado, el Estado no se metía la mano al dril.

¿Significa más compromiso monetario del Estado?

Aquí hubo un ejemplo muy interesante de cómo se puede construir con esfuerzo conjunto. En pandemia se creó el subsidio a la nómina, con el que los empresarios ponían una parte y el Estado otro tanto para generar o mantener empleos, sin duda para esto se necesita el esfuerzo de los recursos estatales.

Pero hay un último requisito y es que en este proceso haya respeto por los conceptos y las estadísticas de los distintos actores. Es fundamental construir un proyecto sobre la confianza mutua, que fue lo que no sucedió con el anterior proyecto.

¿Qué esperan de un nuevo proyecto?

Lo primero, que ojalá se eliminen los tres grandes pilares que tuvo la anterior iniciativa: incrementar los costos laborales, avanzar hacia la rigidez en la contratación laboral y profundizar en los derechos colectivos y sindicales. Si ese enfoque se mantiene, es muy difícil que haya una visión colectiva de un proyecto.

 
Foto: 

iStock

Y, en ese sentido, ¿qué le proponen a cambio al Gobierno?

Que los empleos se ajusten a las necesidades de horario y disponibilidad de las nuevas generaciones

Flexibilizar sin precarizar la forma de contratación, para que quepan más desempleados en el mercado laboral, que haya estímulo a la formalización de trabajadores y para que muchos jóvenes puedan encajar dentro de las oportunidades que brinda el mercado laboral y los nuevos modelos de negocio.

Es decir, permitir la contratación con todas sus prestaciones de trabajo a tiempo parcial, que una persona pueda trabajar en varias partes sin necesariamente ser empresario.

Que los empleos se ajusten a las necesidades de horario y disponibilidad de las nuevas generaciones. También jornadas de trabajo especiales para ciudades y reducir las cargas a la infraestructura de los servicios y el transporte.

Tiene que ver esto con la jornada nocturna para ciertos sectores…

Acá siempre se ha hablado de la Bogotá nocturna para descongestionar la ciudad, pero una Bogotá nocturna no puede existir si se elevan los costos laborales, las cargas que hay por la infraestructura y los costos de transporte.

¿Qué otros temas tendría esa reforma ideal?

Lo otro que estamos planteando para que los trabajadores tengan mejores condiciones es establecer beneficios por cumplimiento de objetivos con índices acordados con las empresas, sin que se vuelva forzoso reducir la jornada laboral, incrementar el costo de dominicales y festivos.

Al final, si se cumplen los objetivos, los trabajadores recibirán los beneficios acordados, es una manera de compensar sin volver obligatorio, por ejemplo, el trabajo nocturno.

 
Foto: 

iStock

En el proyecto anterior ustedes criticaron las gabelas sindicales…

Creemos necesario que las negociaciones colectivas sean ajenas a intereses políticos

Sí, por eso creemos necesario que las negociaciones colectivas sean ajenas a intereses políticos con acuerdos específicos de mejores condiciones laborales, que estamos de acuerdo, y sin que se afecte la productividad y la competitividad de las empresas.

Pero, además, que los acuerdos colectivos de grandes empresas no cobijen a las mipymes, como planteaba en la anterior reforma. Que haya exenciones e incentivos estatales para la generación de nuevos empleos, estabilidad laboral y contratación de aprendices del Sena, es decir que ese costo de llevar los aprendices a la nómina, que no es mala idea, sea compartido con el Estado, como lo mencioné antes, y que las empresas que promuevan la recreación de turismo social, a través de las cajas de compensación, tengan algún tipo de incentivo, por ejemplo, descuentos tributarios.

Y en materia de formalización laboral…

Pienso que en eso el ejemplo debe venir del mismo Estado, que sea el primero en formalizar, y de alguna manera generar que los contratos de prestación de servicios y a término definido cortos se vuelvan contratos laborales en nómina.

También queremos que haya mayor claridad del reconocimiento de las diferencias entre trabajar en casa, el trabajo remoto y el teletrabajo, en el sector público y en el privado, y que haya estímulos para esas formas de trabajo.

¿Cómo lograr que esas propuestas calen en el Gobierno?

A través de foros públicos, de sensibilizar a la opinión pública con los debates que realice el Congreso y las audiencias públicas, que no solo deben estar en Bogotá, sino que se lleven a las regiones, porque es necesario conocer las necesidades de las personas en cada uno de esos territorios, que son muy distintas entre sí.

También haciéndole un llamado muy especial al Gobierno para que se elimine el sesgo ideológico sobre la reforma y se analice más bien que si le va bien en la generación de empleo, pues el país gana, y si le va bien al país, le va bien al Gobierno.

Entonces, creo que ese proceso de sensibilización se tiene que ir dando y me parece muy prematuro que el Gobierno se vuelva a dar la pela de presentar un proyecto el 20 de julio sin una concertación.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *