Israel celebra este lunes sus terceras elecciones legislativas en menos de un año, que podrían poner fin a la crisis política y sellar el destino del primer ministro Benjamin Netanyahu, procesado por corrupción.
Después de las elecciones de abril y septiembre de 2019 en las que el Likud (derecha) de Netanyahu y el partido centrista Kahol Lavan (“Azul-blanco”) de Benny Gantz quedaron empatados, más de seis millones de votantes están llamados de nuevo a las urnas.
Desde los últimos comicios se ha producido un cambio importante: el procesamiento de Benjamin Netanyahu, quien se convirtió en noviembre en el primer jefe de gobierno en la historia de Israel en ser inculpado, concretamente por corrupción, malversación y abuso de confianza.
En uno de los casos, la justicia sospecha que otorgó favores gubernamentales que podrían haber proporcionado millones de dólares al jefe de la compañía de telecomunicaciones Bezeq, a cambio de una cobertura mediática favorable de un medio de comunicación del grupo.
El procesamiento de Netanyahu, quien se juega su futuro político cuando faltan dos semanas para el comienzo del juicio, el 17 de marzo, no ha generado una pérdida de apoyos al Likud, según las últimas encuestas.
[getty src=”1204210330″ width=”594″ height=”396″ tld=”es”]Los sondeos predicen una nueva batalla electoral reñida con Gantz.
En el tramo final de la campaña, incluso aumentó ligeramente el apoyo a Netanyahu, que pisaba los talones a Benny Gantz, ex jefe del Estado Mayor.
Los colegios electorales han abierto a las 07H00 (05H00 GMT) y cierran a las 22H00 (20H00 GMT). Inmediatamente después se conocerán los primeros resultados de los sondeos a boca de urna. Los primeros resultados oficiales parciales se anunciarán a lo largo de la noche.
Plan Trump
Según los últimos sondeos, ni el Likud ni “Azul-blanco” obtendrán más de 30 escaños de los 120 del parlamento, de modo que los resultados de sus aliados y de otras formaciones serán cruciales. La gran incógnita sigue siendo el índice de participación.
Netanyahu cuenta con el apoyo de las formaciones judías ultraortodoxas de Shas, que capta buena parte de los votos sefardíes (judíos orientales), de Judaísmo Unido de la Torá, dirigido principalmente a los ortodoxos askenazis (de Europa del Este) y de la lista Yamina (derecha radical), del actual ministro de Defensa Naftali Bennett.
Por su parte, “Azul-blanco” cuenta con el apoyo de los partidos de izquierda que se han unido en una sola lista y podría, quizá, obtener uno puntual de la “Lista Unida” de los partidos árabes israelíes.
[getty src=”1204311143″ width=”594″ height=”396″ tld=”es”]Foto – Benny Gantz
Estos últimos dieron la sorpresa en septiembre, quedando terceros, una hazaña electoral que se proponen superar.
La “Lista Unida” intenta cosechar los frutos de la frustración entre la minoría árabe israelí (alrededor del 20% de la población) por el plan presentado por Estados Unidos para resolver el conflicto israelo-palestino, un proyecto aplaudido por Israel y rechazado por los palestinos.
El plan del presidente Donald Trump prevé convertir a Jerusalén en la capital “indivisible” de Israel y transferir el control de una decena de pueblos y localidades árabes israelíes a un futuro Estado palestino.
Netanyahu centró su campaña en el plan de Trump, prometiendo la rápida anexión del Valle del Jordán y colonias israelíes en Cisjordania, un territorio palestino ocupado por Israel en 1967, como contempla el proyecto estadounidense.
Miedo al coronavirus
Benny Gantz, quien también apoya el proyecto estadounidense, hizo campaña sobre los problemas judiciales del primer ministro e invitó a la población a votar a favor del “final de la era de Netanyahu”, en el poder durante 14 años, de los cuales los últimos diez sin interrupción.
En este contexto, el partido Israel Beitenu, que no simpatiza con ninguno de los dos grandes bloques, podría inclinar la balanza en favor del uno o del otro. Su líder Avigdor Lieberman es un nacionalista laico hostil a los partidos árabes y judíos ortodoxos.
[getty src=”1204606785″ width=”594″ height=”391″ tld=”es”]Otra incógnita en este panorama electoral: el miedo al nuevo coronavirus. Israel ha registrado siete casos y los partidos temen que la difusión de “noticias falsas” sobre la epidemia haga que los votantes no voten.
Las autoridades han pedido a unos 5.600 israelíes, que han estado en contacto con personas infectadas con el nuevo coronavirus o que han viajado a países afectados por la epidemia, que se queden en casa. Estos electores podrán votar en colegios electorales reservados para ellos, según el ministerio de Salud.
*Con información de AFP/Infobae. Foto: Cortesía Monitor de Oriente.