¿Por qué exnegociador israelí dice que Hamás está ganando el primer round de la guerra?
Rescatar a los rehenes israelíes que continúan en manos de Hamás y en paralelo eliminar al grupo islamista palestino de la Franja de Gaza son dos objetivos que el ejército israelí no puede alcanzar de forma simultánea. Al menos, así lo considera el politólogo uruguayo-israelí Alberto Spektorowski, quien también le aseguró a este diario que Hamás está ganando la primera ronda en la guerra actual.
Spektorowski es profesor de ciencia política de la Universidad de Tel Aviv y conoce de primera mano el conflicto palestino-israelí. Fue asesor de Shlomo Ben Ami, ministro de relaciones Exteriores de Israel entre 2000 y 2001, e hizo parte de los diálogos de paz con los palestinos en aquel entonces.
El analista, que habló con EL TIEMPO en un encuentro organizado por Fuente Latina en Tel Aviv, asegura que lo sucedido el 7 de octubre, día en que Hamás atacó por aire, mar y tierra de manera inédita a Israel, fue posible debido a que las autoridades del país hebreo habían empezado a comprender a Hamás como un actor racional.
También asegura que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, pagará el costo político del conflicto, aunque culpa directamente al ejército de las fallas que permitieron el asesinato de al menos 1.200 personas a manos del grupo terrorista.
¿Por qué Hamás logró atacar a Israel el 7 de octubre
Spektorowski asegura que el 7 de octubre fallaron varias cosas, pero enfatiza en que la falta más grave vino del brazo armado israelí.
“El aparato militar tenía que haber funcionado normalmente. Yo no digo excelentemente, sino normalmente sin importar que al frente esté un Gobierno de derecha o de izquierda, un Gobierno de tontos o de gente muy inteligente. Para parar lo que se venía, cualquier ejército normal, sin necesidad de grandes análisis, lo tenía que haber detenido”, afirma.
Pero, el analista también culpa a la tecnología y asegura que los israelíes pagaron con su propia vida el haber creído que los grandes sistemas de inteligencia y vigilancia podían ayudarlos a sobrevivir.
“Tenemos los mejores sistemas de espionaje o de inteligencia del mundo. ¿Podemos saber qué pasa en cada metro cuadrado en Teherán y no pudimos ver lo que estaba pasando acá, a medio kilómetro de distancia, frente de nuestros ojos?”, reprocha.
El politólogo aduce esas fallas a la concepción de Netanyahu y de otros tantos personajes de la sociedad israelí que se basaban en la tesis de que para hacer la paz con el mundo árabe no era necesario hacer la paz con los palestinos. Así, el gobierno israelí había logrado restablecer sus relaciones con Marruecos, Emiratos Árabes Unidos o Baréin y estaba muy cerca de lograr históricos acuerdos con Arabia Saudí sin resolver la causa palestina ni ponerla como prioridad de su agenda.
“Yo hice parte de los asesores de Shlomo Ben Ami, ministro de Relaciones Exteriores, y, en ese momento que estábamos en diálogo con los palestinos, nuestra tesis era sencilla: primero arreglamos con los palestinos, y luego dejamos la puerta abierta al mundo árabe. Netanyahu tenía la opinión opuesta: sin paz con los palestinos, sin arreglos de territorios a cambio de paz, sin nada de eso, vamos a arreglar todo con el mundo árabe. Y la verdad es que las cosas le estaban funcionando muy bien”, explica Spektorowski.
En medio de esa concepción, el gobierno de Netanyahu –asegura el analista-, comenzó a ver a Hamás como un “enemigo racional” y empezó a sentir que las cosas en la Franja de Gaza estaban, de una y otra forma, bajo control.
“Desde esa perspectiva, Israel empezó a convencerse de que ninguno de los dos quería la paz y que no le importaba tener un enemigo que lo odie mientras se comportara (…). Incluso, había momentos en que teníamos diálogo de fuego con la Yihad Islámica y Hamás no entraba. ¿Qué entendimos nosotros? Ellos mismos no entran en el diálogo de fuego porque no conviene”, expone el politólogo.
Sin lugar a las teorías de conspiración
Spektorowski no cree en teorías de conspiración. Esas que aseguran que el gobierno de Netanyahu dejó pasar la información del ataque para desviar la tensión que vivía en las calles por cuenta de su reforma judicial u otras versiones que hablan de una movida desde adentro para tumbar al gobierno derechista.
Al contrario, piensa que la concepción que se había instalado sobre un Hamás que era dócil hizo que bajaran la guardia sobre lo que pasaba en Gaza. “Para nosotros eso nos durmió absolutamente en los laureles”, dice.
Pero, el experto también lanza culpas a los líderes del ejército israelí.
Un informe del diario Haaretz denunció hace semanas que varias mujeres del ejército israelí que estaban a cargo de labores de vigilancia cerca de la frontera con Gaza habían advertido a sus superiores sobre entrenamientos inusuales de Hamás y una actividad muy alta, incluso diaria, de drones en la zona. Según ese diario, sus advertencias fueron ignoradas. Posteriormente, 15 de ellas murieron en el ataque del 7 de octubre.
Con haberle hecho caso a las mujeres del ejército que estaban advirtiendo de una situación inusual, en media hora levantaban dos o tres helicópteros y un avión, y el ataque se terminaba
Al tiempo, sobrevivientes de los kibutz (comuna agrícola israelí) le dijeron a este diario que pasaron más de diez horas esperando la presencia del Ejército en la zona y que sus unidades nunca llegaron mientras los milicianos atacaban las comunidades sureñas.
Esto, a pesar de que para llegar a los kibutz bastaba con conducir menos de dos horas por el país hebreo.
“No soy un experto en ejército, pero no hay que serlo. ¿Qué importa si el Gobierno sacó un batallón y lo llevó a Judea y Samaria (Cisjordania)? Está en su derecho de pensar que va a haber más problemas allí. Pero, con haberle hecho caso a las mujeres del ejército que estaban advirtiendo de una situación inusual, en media hora levantaban dos o tres helicópteros y un avión, y el ataque se terminaba en menos de media hora”, afirma.
Hamás se adelanta en el curso de la guerra
Para Alberto Spektorowski, el curso actual de la guerra es resultado de los cálculos que hizo desde antes Yahya Sinwar, el líder de Hamás en el terreno y a quien las fuerzas israelíes buscan en barrios como Jan Yunis, en el sur de Gaza.
El analista asegura que Sinwar entendió perfectamente la reacción que iba a tener Israel ante el ataque del 7 de octubre y hasta llegó a calcular la reacción internacional y las críticas que recibiría el país hebreo por la ofensiva en Gaza donde, según el Ministerio de Salud gazatí, ya van más de 20.000 muertos, una enorme parte de ellos civiles.
“Yahya Sinwar es un maestro y ganó el partido. Entendió la mentalidad israelí, entendió al mundo. Estoy completamente convencido de que supo exactamente cuál iba a ser la reacción de Israel y que lo que está pasando está dentro de sus cálculos. Él sabía: ‘si hago esto, esto va a producir una conmoción total en Israel y una conmoción en el mundo. Israel va a reaccionar de esta forma que reaccionó y van a matar a medio Gaza’”, agrega.
En ese sentido, Spektorowski considera que “Hamás está ganando el primer round de la guerra”, pues ve difícil que Israel logre dos de sus objetivos -derrotar a Hamás y devolver a los 137 rehenes que aún permanecen en Gaza- de forma simultánea. En su opinión, Hamás utilizará a los rehenes como carta para protegerse y la sola presencia de los secuestrados limita el accionar contra el grupo islamista.
“A mi entender, por el momento, la guerra la está ganando él. La está ganando porque el asunto de cómo rescatar a los rehenes y a su vez tirar al Hamás, esa fórmula, las dos cosas juntas, me parece que es imposible. Metodológicamente es presionar a Hamás para lograr la negociación. Pero no veo que estén cayendo a pedazos. Sinwar solo necesita una habitación con 50 rehenes y 10 terroristas. Partiendo de esa base tienen que negociar. Dice: ‘O los mato acá (a los rehenes) o los matan ustedes. Para matarme a mí los matan ustedes’”, explica.
Ese temor también lo comparten las familias de los rehenes, como es el caso de Itzik Horn, padre de Iair y Eitan Horn, secuestrados por Hamás en el kibutz Nir Oz. Horn considera que la presión militar de Israel puede llevar a que los rehenes sean asesinados en Gaza antes de lograr que vuelvan a casa. “Dicen que solo la fuerza y la presión los van a liberar. Pero yo digo todo el tiempo que Dios no lo permita y justamente la presión haga exactamente lo contrario en vez de servir para su liberación”, le dijo el padre a EL TIEMPO.
El asunto de cómo rescatar a los rehenes y a su vez tirar al Hamás, esa fórmula, las dos cosas juntas, me parece que es imposible
Justamente, hace unos días, el Ejército israelí reconoció haber asesinado accidentalmente a tres rehenes que se encontraban en manos de Hamás. Se trata de Alon Shamriz, Yotam Haim y Samer Talalka. En medio de los combates con las milicias palestinas, los tres rehenes fueron considerados como “una amenaza” y posteriormente fueron abatidos. Los rehenes iban sin camiseta y con una bandera blanca improvisada.
Su muerte desató protestas en la Plaza de los Secuestrados en Tel Aviv y frente al Ministerio de Defensa del país hebreo y aumentó los llamados en la sociedad para que el gobierno israelí logre un acuerdo que permita la liberación de los rehenes.
“Los familiares entendieron el asunto muy claramente. No hay las dos cosas juntas, no hay tirar a Hamás y rescatar a mi familia. Es rescatar a mi familia y punto y para eso párenle. Vayan a negociación. En pocas palabras que gane Hamás. Sin los rehenes esto se terminaba en horas. Sin importar absolutamente nada, pero con los rehenes cambia toda la perspectiva”, dice Spektorowski al respecto.
Una encuesta difundida esta semana, y realizada por el Instituto Israelí para la Democracia, de hecho, reveló que un 71,5 por ciento de los israelíes encuestados consideran que el objetivo de derrotar a Hamás es alcanzable. Cuando se le pregunta a la población si también considera que el objetivo de liberar a los rehenes y devolverlos a casa es realizable la cifra disminuye y solo un 35,5 por ciento lo considera posible.
¿Qué pasa el día después de la guerra?
Una encuesta difundida tan solo seis días después del ataque de Hamás por el Centro de Diálogo en Israel encontró que un 86 por ciento de los israelíes responsabilizan a la actual administración del ataque de Hamás. Al tiempo, 56 por ciento de los encuestados aseguraron que Netanyahu debe renunciar a su cargo de primer ministro.
Esa posición la confirmó la más reciente encuesta del Instituto Israelí para la Democracia, que reveló que dos de cada tres israelíes (69 por ciento) desean que el país celebre elecciones una vez termine la guerra. Si se mira por ideologías políticas, casi el 100 por ciento (98,5 por ciento) de la izquierda espera las elecciones, mientras que en la derecha se reduce al 51,5 por ciento.
Preguntado por quién es responsable de que las fuerzas de Hamás pudieran penetrar de esa manera en territorio israelí, Netanyahu ha asegurado que este no es el momento de buscar culpables y que, llegado el momento, una comisión dará con los responsables y se asumirán las culpas y las fallas de lo que pasó el día 7 de octubre.
Pero, Spektorowski considera que la guerra será el fin de las siete vidas del líder político israelí, quien ha gobernado el país seis veces en las últimas tres décadas. “Netanyahu cae. Se acabaron las siete vidas. No creo que ningún gobierno al que le haya pasado esto pueda quedar. Aunque no haya tenido la culpa directa. ¿Qué quiere decir culpa directa en estos casos? Si alguien le contó el plan y pidió su orden para impedirlo y él se negó”, explica.
En ese panorama, en el que su dimisión o salida parece inminente, el analista considera que a Netanyahu parece convenirle una campaña militar más bien larga en Gaza que permita postergar por varios días más las investigaciones sobre los errores militares y de inteligencia. Sobre todo, cuando versiones de diarios como The New York Times hablan de que las fuerzas militares conocieron el plan hasta con un año de anterioridad y lo desecharon al considerar que no era realizable.
Preguntado por los temores de que, tras la guerra, Israel quede aislado de la comunidad internacional -pues ha recibido críticas de la ONU, Colombia, España y hasta de su gran aliado Estados Unidos-, Spektorowski señala que la gran preocupación para el país hebreo es perder el respaldo de Washington. Lo demás, dice, es arreglable.
Sobre la posibilidad de que la consolidación de dos Estados permita resolver el problema palestino, el experto considera que, aunque no está desechada del todo, una discusión de este tipo volvería a entrar en los mismos detalles por los que fracasó en el pasado. “Una negociación fallida solo terminaría en más violencia y en nuevos aires para Hamás dentro de la Franja de Gaza”.