Caos en Israel: Manifestantes obstruyen importante carretera en una nueva protesta contra la reforma judicial
Manifestantes israelíes bloquearon las autopistas que conducen a Jerusalén, Haifa y Tel Aviv en el inicio de las manifestaciones en todo el país el martes contra la revisión judicial prevista por el gobierno que ha dividido a la nación.
Las manifestaciones se produjeron la mañana después de que la coalición parlamentaria del primer ministro Benjamin Netanyahu diera su aprobación inicial a un proyecto de ley para limitar los poderes de supervisión del Tribunal Supremo, siguiendo adelante con los polémicos cambios propuestos en el poder judicial a pesar de la oposición generalizada.
La ley es uno de los varios proyectos propuestos por los aliados ultranacionalistas y ultraortodoxos de Netanyahu.
El plan ha provocado meses de protestas sostenidas por parte de los opositores, que afirman que está empujando al país hacia un régimen autoritario.
Los activistas contrarios a la reforma convocaron manifestaciones masivas en todo el país a lo largo del día, incluidas protestas en el principal aeropuerto internacional de Israel que podrían interrumpir los viajes.
El martes, 300 reservistas de la unidad cibernética del ejército firmaron una carta diciendo que no se presentarían voluntarios para el servicio, explicando que el gobierno ha demostrado “que está decidido a destruir el Estado de Israel”.
La policía utilizó un cañón de agua para desalojar a los manifestantes que bloqueaban una arteria principal que conduce a Jerusalén.
Los agentes detuvieron a varios más que habían obstruido una autopista próxima a la ciudad central de Modiin.
Arnon Bar-David, jefe del sindicato nacional del país, la Histadrut, amenazó con una posible huelga general que podría paralizar la economía del país.
Los aliados de Netanyahu han propuesto una serie de cambios en el sistema jurídico israelí destinados a debilitar lo que consideran excesivos poderes de jueces no elegidos.
Los cambios propuestos incluyen dar a los aliados de Netanyahu el control sobre el nombramiento de los jueces y otorgar al Parlamento el poder de anular las decisiones de los tribunales.
El gobierno de Netanyahu, que tomó posesión en diciembre, es el ultranacionalista y ultraortodoxo más duro de los 75 años de historia de Israel.