“Perdimos todo, no nos quedó nada”, lamenta la mamá de Cristian Camilo, que recibió un momento de alegría en medio de la tragedia.
Un niño de cuatro años, a través de una fotografía, se ha convertido en símbolo de la devastación que dejó la creciente del río Atrato en el departamento del Chocó .
Su nombre es Cristian Camilo y su imagen en la que se le ve lleno de lodo, sentado en un tronco, llorando, con hambre y con sed, es el reflejo de lo que viven 8.000 familias por el invierno. Su casa en Boraudo, como la de muchos otros, fue arrasada por el desbordamiento del río Atrato. Lizeth Córdoba, quien captó con su celular la postal de Cristian Camilo, dice que “esa fotografía muestra la tristeza que quedó en el pueblo boraudeño, donde muchos habitantes nos quedamos sin nada”.
Sin embargo, las respuestas del gobierno que ha recibido Lloró no son las mismas en el Carmen de Atrato, dice su mandatario. En este municipio, donde nace el río, las emergencias aún son la constante cada vez que el Atrato se crece por las lluvias.
“Desde el pasado 14 de noviembre hemos tenido varios deslizamientos, llevamos dos personas fallecidas”, dijo el alcalde, Jaiberth Ríos.
Aún sus pobladores no se reponen de la primera creciente súbita y el río Atrato los alerta con un nuevo desbordamiento.
En la vía Quibdó – Medellín operarios del Invías lograron dar paso a un solo carril, pero las continuas lluvias podrían ocasionar nuevos derrumbes.