Un policía de Kentucky fue suspendido de su cargo al orar frente a una clínica abortiva ubicada en Louisville.
Dicho funcionario, quien no fue identificado por las autoridades, fue sancionado y suspendido de su cargo al “violar” distintas leyes dentro del estado que no toleran la oración de algún funcionario hacia este tipo lugares, de estilo y creencia conservadora.
El policía fue captado orando a las 5 de la mañana afuera del Centro Quirúrgico Femenino de EMW, para luego ir más tarde a trabajar cuando le llegó la notificación de que debía regresar a la oficina desde su patrulla matutina acostumbrada.
Dentro de la oficina del Departamento de Policía Metropolitana de Louisville le fue comunicado que su licencia como autoridad local fue retenida y suspendida mientras era investigado por haber quebrantado las leyes con su oración.
Este acto fue considerado flagrante y su licencia indefinida, pero el oficial no hacía uso de sus múltiples insignias o símbolos policiales al estar orando en su hora de descanso por las personas que entraban a la clínica abortiva.
Con una conducta ejemplar, veterano con trayectoria de 13 años, una esposa y cuatro hijos pequeños, su trabajo envió distintos avisos de posibles violaciones de los procedimientos y estatutos de Kentucky.
Para el abogado Matt Heffron, de la Thomas Moore Society, defendió al oficial diciendo que por distintas vías “no se había violado nada”, en cambio los problemas políticos dentro del estado no se estaban tratando con la misma manera en la que otros recibían prioridad.
Esto, debido a que muchos de los oficiales marcharon con sus uniformes puestos dentro de caravanas a favor del orgullo LGBTQ+ y otros más participaron en protestas de Black Lives Matter.
«Ninguna de las oraciones del oficial fuera de servicio fue cubierta por las acusaciones de LMPD, y cualquier castigo formal, bajo estas circunstancias, violaría sus derechos de la Primera Enmienda», dijo Heffron.
«Los hechos han sido indiscutibles desde el principio: todo el evento fue capturado en el video de seguridad de la clínica de abortos. Mostraba a dos hombres, vestidos de manera indescriptible, caminando silenciosamente de un lado a otro mientras rezaban el rosario. La clínica de abortos estaba cerrada y la calle frente a ella estaba prácticamente desierta», agregó.
«Nuestros abogados no tardaron en aclarar que LMPD no tenía un pie sobre el que pararse. Es una lástima que LMPD tardó cuatro meses en resolverlo”, contó el abogado.