El pacto de no agresión que entablaron Gustavo Petro y Claudia López antes de la pasada contienda presidencial parece que terminó de fracturarse a poco más de un año de las elecciones regionales, en las que ambos tienen intereses políticos particulares. La fragilidad de la alianza volvió a salir a flote después de que el Gobierno Nacional pidió tumbar un proyecto en el Concejo de Bogotá y cuya historia ya enfrentó al Jefe de Estado con la Alcaldesa.

La ministra de Ambiente, Susana Muhamad, publicó en Twitter una carta en la que planteó que la Presidencia estudiará la propuesta de López de crear una autoridad ambiental única para Bogotá y Cundinamarca, pero a cambio de que la administración capitalina frene su proyecto de Región Metropolitana.

Esta petición no solo revivió la vieja disputa entre Petro y López por la Región Metropolitana Bogotá-Cundinamarca, tema que ya tiene hasta la bendición de la Corte Constitucional, sino que dejó en evidencia que la alianza que hicieron para las presidenciales de 2022 se rompería para las elecciones locales de octubre de 2023: Petro, seguramente, querrá un sucesor de López más afín a sus propios intereses, y la mandataria buscará a un alfil suyo como siguiente inquilino del Palacio de Liévano. Las urnas los harán otra vez rivales.