Una pareja de Nuevo México, nunca imaginó que su detención para un control de tráfico sería una auténtica bendición.
Patrick Ficke, ayudante del sheriff de Santa Fe, a principios de este mes se percató de que un carro Ford Explorer negro daba bandazos en la interestatal, así que paró al conductor, que inmediatamente saltó del vehículo.
«Justo cuando detuve el vehículo, el conductor (que es padre) saltó, lo que suele ser una señal de alarma para las fuerzas del orden», dijo el agente.
De inmediato el agente supo que el padre tenía una buena razón para conducir de forma errática: su hija de un año se estaba ahogando y ya no respiraba.