Dom. Dic 8th, 2024

La princesa Leonor será oficialmente la primera sucesora al trono español

Este martes, la princesa Leonor de Borbón Ortiz cumplirá 18 años y jurará lealtad a la Constitución como heredera al trono de España en una ceremonia solemne en el Congreso de los diputados.

Sin embargo, brillarán por su ausencia los diputados separatistas catalanes y vascos, sumado a que lo hará con un presidente en funciones, dado que Pedro Sánchez sigue en la puja por negociar con otros partidos la posibilidad de formar Gobierno y ser reelegido en el cargo. Se trata de uno de los actos institucionales más simbólicos de la XV legislatura y uno de los acontecimientos más importantes para el pueblo español.

 

La sesión estará marcada por la ausencia de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Junts, EH Bildu y Bloque Nacionalista Galego, cuyos líderes han reafirmado sus críticas al modelo monárquico que rige al país. Tampoco acudirán el lehendakari Iñigo Urkullu, presidente del País Vasco, ni el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès. Se trata, en fin, de los principales separatistas catalanes, vascos y gallego.

El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, manifestó que su partido no asistirá a la sesión porque la monarquía es una “institución absolutamente anacrónica, corrupta y opaca, que no se presenta a las elecciones”. Razones similares dieron los demás. La sesión de este martes contará con la presencia del rey Felipe VI, la reina Letizia Ortiz y la infanta Sofía en un acto previsto para las 11 de la mañana.

La monarquía es una institución absolutamente anacrónica, corrupta y opaca, que no se presenta a las elecciones

El guion ya fue dado a conocer a la prensa. El presidente del gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y Teodoro Esteban López, jefe del Estado Mayor de la Defensa, recibirán a la familia real. La sesión comenzará con la interpretación del himno nacional, un discurso de la presidenta del Congreso, la lectura del artículo 61 de la Constitución y el juramento de la princesa Leonor ante todos los congresistas presentes. Recibirá, además, el collar de la Orden de Carlos III.

Para celebrar la mayoría de edad de la princesa Leonor, la Casa Real distribuyó un álbum de fotografías con 20 imágenes inéditas de la sucesora a la Corona. Entre ellas, aparece cuando estaba en la guardería, durante la celebración del triunfo de la Selección de España en la Eurocopa del año 2012 y cuando a los ocho años de edad subió a un caza del ejército del Aire.

La princesa Leonor con su uniforme militar

La princesa Leonor con su uniforme militar

Foto: 

EFE

Aires a la monarquía

Al cumplir 18 años, la princesa de Asturias se convertirá oficialmente en la primera sucesora al trono español, según la normativa constitucional, marcando el inicio de una nueva etapa monárquica, dado que solo se puede realizar cuando el heredero, en este caso heredera, al trono cumple la mayoría de edad y, por ende, jura lealtad de ser quien comandará –cuando así se precise- la Corona española.

Con el acto del juramento de lealtad a la Constitución, la monarquía asegura su continuidad histórica y constitucional. Apoyada por los partidos mayoritarios —PP y PSOE—, la proyección institucional de la princesa está asegurada.

Sin embargo, a Leonor no le corresponden tiempos fáciles y vivirá una situación muy distinta a la enfrentada en 1986 cuando el entonces príncipe Felipe juró ante un arco parlamentario en el que estaban presentes los políticos encargados de redactar la Constitución de 1978, la primera de la recién inaugurada democracia española, incluidos José Antonio Ardanza y Jordi Pujol, líderes del País Vasco y Cataluña, respectivamente.

El entonces presidente del Congreso, Gregorio Peces-Barba, incidió en su discurso en que “la Corona es un órgano constitucional” y recordó que el consenso político de aquel momento, con mayoría socialista en el Parlamento y con la presencia de la oposición en el hemiciclo, “ayuda a entender la solidez de la situación constitucional”.

Las palabras de uno de los “padres” de la Carta Magna española estaba enmarcado en una época que venía de la transición a la democracia tras la dictadura franquista (1939-1975) y de superar un intento de golpe de Estado, el 23 de febrero de 1981, hacía tan solo cinco años. Primaba la unidad política y el respeto a la monarquía parlamentaria.

Leonor

La princesa Leonor en su formación militar en España.

Foto: 

EFE

Y es que la actual polarización política en España, unida a las irregularidades fiscales del rey emérito, Juan Carlos I, en el extranjero, han exacerbado los posicionamientos de los defensores y detractores de Corona.

La mayoría de los partidos políticos destacan que la actual monarquía afronta bien los nuevos tiempos pese a que la izquierda y los partidos independentistas y nacionalistas siguen exigiendo algunos cambios, como la supresión de la inviolabilidad del rey.

Una España más actual y moderna estará presente en el discurso que hará la actual presidenta del Congreso, la socialista Francina Armengol, antes del juramento de la princesa.

Otro punto a su favor es que Leonor se salvó de un fuerte debate al que se habría abocado si hubiera tenido un hermano varón (los reyes tuvieron dos hijas), pues habría sido él quien heredara el trono aunque fuese menor en edad.

En todo caso, la monarquía no parece ahogarse aún en España. En especial, porque el rey Felipe VI ha sido muy cuidadoso en su comportamiento privado a sabiendas de que un paso en falso puede tumbar toda la institución. De ahí, que ha intentado demostrar que la Corona es un medio de unión en un país jalonado por impulsos separatistas.

Por lo pronto, la princesa Leonor continuará su formación militar y académica, mientras el país sigue en la fuerte tensión política que no amaina, con los ojos fijos en las negociaciones de Pedro Sánchez con los separatistas, los únicos que con su voto pueden hacerlo presidente.

Esa es la paradoja: la mayoría de la población quiere seguir unida, pero los gritos de los que prefieren la escisión se oyen de manera más fuerte. Lo que preocupa es que son ellos los que tienen la sartén por el mango. En todo caso, la monarquía intentará ajustarse a las nuevas condiciones de un país que ya no la venera como hace unas décadas, pero que tampoco parece estar dispuesto a ser una República.

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