Jue. Nov 21st, 2024

El proyecto que está llenando de color los rincones grises de Barranquilla.

Lo que antes era un callejón sombrío, por donde el transeúnte se rehusaba a andar por la suciedad, malos olores y la inseguridad, hoy está convertido en un espacio lleno de luz y ejemplo de recuperación en Barranquilla.

Ese es la calle 50 entre carreras 44 y 45, que conduce a la icónica Plaza de la Paz, en el norte de la ciudad, que fue intervenido por la Fundación La Cuadra Bacana con el apoyo de la comunidad del sector.

Lo hicieron posible gracias a la creación de arte a cielo abierto, en la que reinaron las pinturas, los trazados, las pinceladas y una lluvia de colores violeta, verde, rojo, amarillo, azul y salmón para rodear de flores el mural que también hicieron en homenaje a la poeta Meira Delmar y a Esthercita Forero.

Como esta, son varias las actividades que ha organizado La Cuadra Bacana en zonas representativas y barrios populares de la capital del Atlántico, liderada por la joven Laura Vanessa Manga García.

“La Cuadra Bacana es recordar lo que somos los barranquilleros, bacanos, un término que describe a esa gente que, pese a que no tenía plata, compartía su comida con los demás vecinos, por ejemplo”, explica Manga, de 29 años.

El modelo de intervención Placemaking

El proyecto, según cuenta la administradora de empresas, nació hace cinco años al reflexionar sobre las problemáticas sociales que vivían principalmente las comunidades del sur de la ciudad, como el barrio La Luz, de donde es la fundadora.

“Se veían tantas cosas. Un exnovio violó a una amiga. Los vecinos vivían entre líneas imaginarias. Y así se daban otros casos de los que me daba cuenta en ese espacio. Debí salir de ahí por la inseguridad”, expresa.

Fue entonces cuando surgió la iniciativa de promover actividades artísticas con el propósito de que las comunidades se apropiaran y transformaran sus entornos para una sana convivencia, a través de un modelo de intervención denominado Placemaking.

Empezaron por la localidad Suroriente de Barranquilla, precisamente en el barrio La Luz, donde construyeron un mural de 400 metros cuadrados con coloridas figuras con las que la comunidad se siente representada.

‘Rebolito’ y la mujer afro en la IED La Luz

Nos fuimos disfrazados y tratamos de reconstruir la memoria histórica de la comunidad

Entre ellas, se resalta el diseño de un bus de la ruta ‘Rebolito’. De acuerdo con las investigaciones de La Cuadra Bacana en conjunto con la población, este fue el primer bus de servicio público que cubría, entre otras zonas, Rebolo, La Chinita, Las Nieves, El Ferry y La Luz.

“Nos fuimos disfrazados y tratamos de reconstruir la memoria histórica de la comunidad. En La Luz, encontramos que pocas personas conocían de la historia de su barrio. Al final, identificaron la tradición y un ícono gastronómico, como el arroz de lisa”, señala Manga.

También llegaron a la Institución Educativa Distrital (IED) La Luz, donde destacaron en un mural la figura de una mujer afrodescendiente con los ojos cerrados y con un cisne cargado en su pecho. Los artistas fueron SEPC y ‘Lili Cuca’.

“Es todo un proceso, no es solo el mural. Todo empieza hasta cuatro meses antes con mesas de cocreación con las comunidades para definir los diseños. Siempre procuramos contar con la participación de todos o la mayor parte de los vecinos”, explica Laura.

Así llegaron también a Rebolo, otro sector popular del suroriente y, tras una socialización con los vecinos, surgieron nombres como Nelson Pinedo, y danzas tradicionales del Carnaval de Barranquilla, como el Congo.

El espacio fue aprovechado para juntar a pequeños y adultos del barrio en actividades lúdicas, artísticas y musicales, lo que, de acuerdo a las conclusiones de la jornada, recordó aquellos tiempos en los que cerraban la cuadra para la integración de la comunidad.

¿El resultado? Para Laura Manga, además de compartir y concienciar a los habitantes, también quedó un espacio público transformado, murales como el ‘Legado salsero’ y el colorido ‘Ser rebolero aguanta’, donde se refleja el orgullo de ellos.

La colorida pared terminó siendo fondo para los retratos

Con La Cuadra Bacana promovemos el conocimiento, llevamos pedagogía

Allí, una pared que antes estaba convertida en botadero de basura a cielo abierto, ahora es un área que aprovechan propios y visitantes para posar ante las cámaras de sus celulares y sacarse la mejor fotografía.

“Con La Cuadra Bacana promovemos el conocimiento, llevamos pedagogía a cada uno de esos lugares donde hemos estado”, sostiene Manga, y pone como ejemplo la época más compleja por la pandemia del covid-19.

Para esos tiempos, en los que abundaban las noticias falsas, surgió La Berbeciudadana, un triciclo que estrenó la Fundación, en el que transportaban información clara de los riesgos del contagio. Tras un par de años, sigue La Berbeciudadana llevando libros con diferentes temáticas.

Con cada una de esas campañas logran impactar a unas 1.000 personas de todas las edades. Como ocurrió en el municipio de Malambo, donde los trabajos de identificación con la comunidad, arrojó su inclinación por el medio ambiente.

Un proyecto que empodera a las barranquilleras

Mientras que en el norte de la ciudad, por el callejón de la Plaza de la Paz, hicieron un trabajo con enfoque de género, en el que incluyeron urbanismo táctico, urbanismo sostenible y urbanismo participativo.

“Desarrollamos una intervención peatonal con la instalación de bolardos. Habíamos identificado problemas de movilidad, principalmente para las mujeres. Con esta actividad, el mensaje es a cuidarnos más juntas con espacios equitativos”, manifiesta Manga.

Fue así como Meira Delmar y los rostros de otras damas terminaron pintados a lo largo de la pared, mientras que el sendero peatonal fue ampliado sobre la vía, gracias a la instalación de dichos bolardos y señalización vertical.

Tras concluir la labor sobre la calle 50, donde también quedó pintada una bandera de la ciudad, las primeras que reaccionaron fueron las barranquilleras, quienes destacaron esta iniciativa.

Laura Manga asegura que el siguiente turno es para los habitantes de La Cangrejera, sector del Distrito que nació como una invasión y que ahora será transformado con limpieza y una lluvia de colores para terminar convertida en otra cuadra bacana.

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