Jue. Jul 25th, 2024

Una chica que profesaba ser atea y dispuesta a comprobar a quienes creían en la existencia de Dios lo contrario fue confrontada con la fe de manera inesperada al leer uno de sus libros favoritos.

Para Jordan Monji, Dios no existía y no había alguien o algo que la hiciera cambiar de opinión, llegando incluso a burlarse de quienes si lo hacían, como sus compañeros de estudios que diariamente le mostraban por medio de la Palabra que el Señor es real, pero cada uno de ellos fueron rechazados tras los argumentos que ésta les daba.

Acostumbrada a que su propia opinión y cualidades desarrolladas la hicieron por varios años “la más inteligente de su clase”, posición que se esforzaba por mantener porque sentía que tenía más valor por sus éxitos que por quien era realmente; con cada fracaso su autoestima se iba destruyendo poco a poco.

Y mientras crecía las dudas existenciales la atacaron, no sabía el significado de la bondad aunque se consideraba a sí misma como tal y tampoco entendía de donde venía la moral.

Al comenzar en la universidad, Harvard, se dio cuenta de que sus conocimientos eran superados por otros estudiantes igual de brillantes que ella, lo que terminó por destruir su autoestima completamente, sin embargo encontró “su salvación” al realizar un trabajo para una de sus clases.

Dentro de sus clases le asignaron la elaboración de un ensayo sobre un clásico literario infantil y que era uno de sus favoritos: “Las Crónicas de Narnia”, la cual en la actualidad cuenta con toda una saga de largometrajes muy exitosos.

Al volverla a leer se dio cuenta que habían muchas similitudes entre ella y el personaje de Edmund, uno de los cuatro hermanos protagonistas de la historia, ya que el chico dentro de la historia cometió un grave error pero alguien más asumió la culpa como suya pagando un alto precio, ese fue “Aslan, el Gran León”.

Aslan, representado por esta gran figura felina, asumió el castigo de muerte de Edmund como demostración y ejemplo de la bondad que poseía, por lo que el ofrecimiento de su vida fue un auténtico sacrificio para salvar al chico, aunque no lo merecía.

Ella leyéndolo se dio cuenta de que eran exactamente idénticas en varios aspectos, alguien sin mancha y sin culpas se ofreció con todo amor para salvar a otro totalmente culpable, tal visión le hizo entender a Jordan que Cristo murió por ella y así ésta pudiera tener una vida plena llena de libertad

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